Por fin! Ya llegó el fin de semana! Como me gustaría ahora hacer una escapadita para desayunar en el jardín de una casa rural, leer bajo la sombra de un árbol y sentir la brisa marina mientras al mismo tiempo, absorta en la lectura, me traslado a lugares lejanos y desconocidos.
Una casa acojedora en la que relajarse y disfrutar de los pequeños placeres de la vida no necesita grandes proyectos. Una decoración simple, funcional, liviana y etérea son suficientes. Limitarnos a lo realmente indispensable es la base para poder saborear la belleza de lo que nos rodea.
La casa de hoy es un perfecto ejemplo de harmonía entre el blanco y la madera más rústica. Espero que os guste tanto como a mí!
Buen fin de semana a tod@s!
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